lunes, 16 de enero de 2012

Los Cuerdos Somos Más - 2da Parte

He leído con profunda admiración la publicación http://pma507pty.wordpress.com/2012/01/15/proyecto-nueva-nacion/ del Sr. Erick Simpson Aguilera, digno amigo virtual que pertenece a aquella estirpe en peligro de extinción denominada “estadistas”.

Amigo virtual pues confieso jamás nos hemos visto ni cruzado palabra alguna pero gracias a las redes sociales nos percatamos que quienes consideramos de que “los cuerdos somos más” indudablemente pertenecemos a una mayoría in crescendo, porque cada vez son más los panameños que se atreven a opinar, y eso es positivo para cualquier Nación que se hace llamar Libre y Democrática.

Consecuentemente se hace necesario hacer coincidir el espíritu central que ha motivado tal fenómeno. Entrelazar comunes-denominadores. Concretar acciones hacia un bien ampliamente nacional.

Y es que, por decidir participar desde estas virtuales tribunas (por ahora, pues ya se hacen necesarias tribunas físicas) no se nos debe tomar por izquierdistas ñangaras, ni mucho menos como tumba gobiernos a sueldo, ni nada que se le parezca o asemeje.

El discurso utilizado por el gobierno de turno en sus dos campañas y media (porque todavía continúa en campaña), incluyendo sus mejores slogans (Ahora le toca al pueblo, Vamos a trabajar con los mejores, Si no cumplo que me guinden de un palo, etc.) los que no dependemos de ningún partido político tradicional (…ni de sus rémoras) nos sentimos identificados pues realmente el discurso era atractivo, era la solución correcta, pues conscientes todos de que las dos grandes fuerzas políticas que se han alternado el mando del país nos fallaron irremediablemente y el CD era la alternativa que todos esperábamos con ansias. En conclusión, el discurso era el correcto. Lo incorrecto resultó ser el trasfondo que encubría.

Todas las obras que se están ejecutando bajo este gobierno han sido excelentes, tanto en cantidad como en trascendencia. Pero lamentablemente embarrados de anti-ética y anti-moral cual fórmula matemática: el aumento de obras, programas sociales, viajes gubernamentales y nombramientos es igualmente proporcional al aumento de escándalos, coimas, doble moral y asaltos a la institucionalidad.

Todos coincidimos de que esta misma cantidad y calidad de obras y programas sociales se hubiesen podido ejecutar sin:

·         Atentar contra la independencia de los poderes del Estado (asaltándola públicamente para controlar todo).

·         Atropellar la institucionalidad del Estado.

·         Propiciar el transfuguismo a sueldo (se han dado fichajes muy caros y con nuestra plata).

·         Gobernar verdaderamente con los mejores (no es posible que los mejores solamente provengan de Ricamar, Super 99 o familiares de allegados).

·         Coaccionar, propiciar o presionar renuncias en puestos estratégicos (inclusive en contra de la voluntad de los electores).

·         Amenazar la libertad de expresión (organismos internacionales se han hecho eco).

·         Auditar, solamente, las empresas pertenecientes a opositores.

·         Encubrir públicamente claros actos de corrupción y extralimitación de funciones.

·         Propiciar la división de clases (esto sí que es jugar con fuego).

Seguro que, en estos precisos momentos, esta lista está siendo engrosada por much@s conciudadan@s, pero seguro que todos de acuerdo con la idea central: que sin los puntos arriba enumerados el país transcurriría en el rumbo correcto, o por lo menos sin tantos sobresaltos.

A todo lo anterior sumarle que las dos campañas y media han sido las más agresivas de toda la época democrática (además de millonarias) por lo que levantaron muchas expectativas. No es lo mismo promesas incumplidas o cometer los mismos errores que criticabas en campaña si eres PRD o Panameñista, pues de ellos los esperábamos, pues los conocemos. Muy distinto a que alguien nuevo, que se presentó casi mesiánico, no solo cometiendo los mismos actos que le criticaba con tanta furia a estos y aquellos sino superándoles con creces en todos los sentidos negativos inimaginables.

¡Atentos porque falta lo peor de todo! y es que no han dado muestras de querer corregir el rumbo. El por qué? Ya lo analizábamos en mi publicación anterior, la cual coincide con varias otras publicaciones, por lo que algo de razón debemos tener. Según las señales que nos ofrece el gobierno de turno, diariamente.

Ahora bien. ¿Quién tiene la culpa de todo esto? Pues nosotros mismos. Y es que la raíz no se encuentra actualmente en el inquilino actual del Palacio de las Garzas. Es que toda, absolutamente toda, la Clase Política ha fracasado, y para elegir al menos malo o para votar “en contra de” caemos en estos baches difíciles de reparar porque la lucha de clases y la división del pueblo que se están propiciando cada vez con mayor intensidad es juguetear con elementos altamente inflamables cuyas cicatrices han costado muchas penas a esta República. Episodios parecidos ya los hemos vivido, por lo que pareciese que la ambición por más poder les hace olvidar el pasado.

Coincido plenamente, hemos tocado fondo!
Se hace imperativo despojarnos de cualquier intensión personal, cualquier bandera político-partidista, cualquier plan corto-plazista, cualquier pasión extralimitada, cualquier demagogia trillada, cualquier mitomanía conveniente, es decir todas aquellas variables cancerígenas capaces de
desvirtuar tan noble iniciativa, la más patriótica y trascendental de los últimos 44 años.

Reforzar, aumentar e impulsar las mesas de diálogos, y comisiones inherentes. Debatiendo, coincidiendo y definiendo los rumbos más efectivos para nuestro País, no para aliviar sino para resolver definitivamente.
Con esto le damos sujeto y predicado, le damos forma e identidad,
a un verdadero Plan Nacional.En algunas comisiones o mesas deben ser muy amplias y participativas, en otras se requiere calidad y majestuosidad, como por ejemplo los encargados de reformar nuestra Constitución.

No podemos quedarnos sumidos en la crítica cotidiana. Debemos salir de esa apatía e inercia que sufrimos los panameños. La última vez duró 21 años!

Debemos trascender más allá de la sala de nuestra casa, más allá de las redes sociales, más allá de nuestra egoísta comodidad y participar. ¿Qué país le queremos heredar a nuestros hijos y nietos? ¿Qué clase de ciudadanos queremos que sean?

Demostremos una vez más de que los cuerdos somos más!


Con inmenso sentido patriótico.
El Ciudadano Eber.


«Creo que la ley más importante con diferencia de todo nuestro código es la de la difusión del conocimiento entre el pueblo. No se puede idear otro fundamento seguro para conservar la libertad y la felicidad. [...] Aboga, mi estimado compañero, por una cruzada contra la ignorancia; establece y mejora la ley de educar a la gente común. Informa a nuestros compatriotas [...] de que el impuesto que se pague con el propósito de educar no es más que la milésima parte de lo que se tendrá que pagar a los reyes, sacerdotes y nobles que ascenderán al poder si dejamos al pueblo en ignorancia».
Fuente: Thomas Jefferson en Carta dirigida a su amigo George Wythe.
13 de agosto de 1786.

No hay comentarios:

Publicar un comentario