LOS ERRORES DE LAS
ENCUESTAS
En política, las encuestas pretenden
medir la aceptación o no del universo de electores hacia un determinado
candidato, en un momento específico de dicha medición.
Sin embargo, para que una encuesta
tenga validez, la composición de su
muestra debe coincidir, en lo posible, con la composición del universo que se
quiere medir, lo que se puede observar en la ficha técnica de la misma. Si la
composición de la muestra no coincide con la composición del universo que se va
a medir, los resultados de la encuesta no serán confiables y tendrán una
desviación o error superior al del
error de diseño de la misma. Una buena
referencia para saber la composición del universo que se medirá sería utilizar
los datos de la Dirección de Estadística
de la Contraloría.
Las encuestas causan un efecto en el
elector, puesto que, normalmente uno no suele “desperdiciar” su voto en alguien
que considera que no tiene posibilidad
de triunfo. En política, normalmente, existe el voto anti sector, en
especial el voto anti gobierno, y esos votos pueden ser influenciados o confundidos por las encuestas cuando existe más de
una opción para ese voto anti sector.
En la elección de 1994 la señora
Mireya Moscoso aparecía en cuarto lugar
en la encuestas de Dichter & Neira con un 17% de la intención del voto; sin
embargo, demostró que estas encuestas estaban totalmente equivocadas y obtuvo
cerca del 30% de los votos. Posiblemente, si estas encuestas hubiesen mostrado
la realidad de los votos que tenía Moscoso, el resultado de esa elección hubiera sido otro, pues perdió por un
estrecho margen de 3%. Posteriormente, en la elección del 99, Mireya Moscoso
decía: “No crean en las encuestas, mis
encuestas son de carne y hueso”, y en esa ocasión ganó con cerca del 43% de
los votos.
La ficha técnica de la encuesta de
Dichter & Neira tiene errores graves
y evidentes en la composición de su muestra, lo que genera un error
superior al que se manifiesta.
Por ejemplo, si observamos la categoría
de ingreso económico: en el rango entre 400 a 1000 se encuesta un 45%, cuando,
según datos de contraloría, representan el 56,4%; en el rango entre 1000 a
2000, se encuesta el 19%, cuando esta categoría representa el 9,5% y, en el
rango de 2000 o más, se encuesta al 8%, cuando éste representa el 4,5%. Estas desviaciones generan un error del 26%
en esta categoría.
En la categoría de nivel de
educación se observa que: en el rango de educación primaria se encuesta un 17%,
cuando realmente representa 37%, en el de educación secundaria se encuesta un
49%, cuando en realidad representa un 38,8% y dentro del nivel universitario se
encuesta un 33%, cuando en ese rango existe solamente un 16,54%. Las desviaciones en esta categoría producen
un error del 51,34%.
Es evidente la distorsión, tanto en
el nivel de ingreso económico, como en el de educación, pues se encuesta más a
algunos sectores en detrimento de otros.
Cuando se analiza cada una de las
categorías descritas en la ficha técnica, se observa que en cada una de ellas existen desviaciones graves en la
composición de la muestra con respecto a la realidad del universo,
generando una desviación sobre el error que dice tener la encuesta y provocando
que éste sea de más del doble. Es
decir que Dichter & Neira dice tener un error del 2,9%, cuando en realidad,
producto de estas desviaciones, es de
cerca del 7,5%, haciendo que sus resultados no sean confiables.
El efecto que puede provocar estas
encuestas es confundir al voto anti
gobierno haciendo que se incline por el candidato que piensa que tiene
oportunidad de derrotar al gobierno, y que la encuesta pone en segundo lugar,
en detrimento de Juan Carlos Navarro, al que las mismas ponen de tercero,
repitiendo lo ocurrido en el 94, ya que otras encuestas, con menores
desviaciones que la de Dichter & Neira, sí ubican a Navarro en un empate
técnico con el candidato de gobierno, lo cual es más cercano a la realidad
electoral actual.
Hay que analizar bien las encuestas
y no sólo ver qué candidato dicen que va arriba, recordemos lo ocurrido a
Mireya Moscoso con Dichter & Neira en el 94.
El PRD tiene el mejor nivel de
organización electoral de todos los partidos, lo que me lleva a vaticinar que
Juan Carlos Navarro ganará las elecciones en mayo del 2014 y no como indican
las encuestas de Dichter & Neira que, definitivamente, no son nada
confiables.
Por el Ing. Francisco David
Pérez Acuña M.Sc.
Panamá, 10 de
enero del 2014.
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